Perturbo mi mente con oscuros pensamientos,
Y dejo que mi corazón sufra en silencio.
Sólo los gritos es lo que escucho,
De quienes torturo en mi profunda imaginación.
No es si no un castigo por el delito cometido,
No creer a ciegas.
Cree y verás,
Es como dicen las brujas,
Quienes nunca se arrodillan
Ante un hábil caballero,
A no ser que su acción
Sea con eróticos fines.
La ley del tres es en la que creo y actúo,
Su mal tres veces vuelve al dueño,
Y espero con ansias,
Que sus lágrimas curen el roto corazón.
domingo, 25 de julio de 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Me gusta lo que has escrito...
ResponderEliminar