viernes, 30 de diciembre de 2011

La Maldición Episcopal

Ya dándole las últimas revisiones a mi primer libro "La Maldición Episcopal" para enviarlo al agente. De verdad muy feliz y ansioso con codo esto :D
Espero pronto tenerlo en mis manos impresos y que llegue la épica historias a los amantes de este tipo de literatura.
Comenzando también a escribir la que podría ser mi segunda novela: "La Isla Benjamin", una historia llena de magia y aventuras fantásticas :D

martes, 6 de diciembre de 2011

Y así con el odio

En los últimos dos días, se ha hecho famosillo quien escribe bajo el pseudónimo de Ignazio Bernales (@ssiiaabb en Twitter). Este personaje, creó un blog en el cual se burlaba de las mujeres gordas. El SERMAN  decidió querellarse contra este personaje, bajo el argumento de que denigraba la imagen de la mujer. No se si es condenable a ese punto, ya que si bien es un acto totalmente inmoral, todos en cierta forma hemos caído en lo mismo.
El acto verdaderamente condenable, y creo que es por donde lo ve la mayoría de la gente, es el odio irracional. Ahora, si vamos a condenar el odio, deberíamos ser imparciales, objetivos, y justos. Debemos condenar el odio en todas sus formas. Y es ahí donde podríamos caer todos.
Deberíamos partir los comunistas, quienes denigramos en cierta forma el actuar de carabineros, el presidente, incluso aquellos que tienen ideas políticas contrarias a nosotros. Incluso aún, aquellos que si bien basan sus ideales en el marxismo, pertenecen más bien al centro, siendo el caso de los socialistas y el resto de la concertación.
Deberíamos también condenar a los de derecha, quienes aún tienen rencillas con la izquierda por lo sucedido con Salvador Allende, pero así también a los homofobicos y xenofobicos. De esta forma, caballeros, todo chile sería juzgado, ya que todos hemos cometido los mismos actos que el desafortunado Ignazio Bernales.
No nos preocupemos de ametrallar a quienes cometen estos actos, si no que más bien sembremos el respeto, para evitar este tipo de actos. Hay muchos actos que son peores, como los asesinos de los detenidos desaparecidos, quienes aún no son condenados. Juzguemos a la corona española, quienes mandaron a asesinar a miles de mapuches que simplemente defendían su tierra. Juzguemos a los ministros de Allende que mandaron a expropiar las tierra. Juzguemos a los asesinos de los miles de torturados y ejecutados políticos en China, Cuba y Alemania. Juzguemos a la iglesia por robar, matar y perdonar actos inhumanos como las violaciones a niños. Si hablamos de justicia y democracia, no seamos ciegos ni imparciales.
Seguramente muchas mujeres cuando lean esto dirían algo como "Pero eran mujeres". Y a ellas les digo, nunca se pongan bajo el hombre. Las mujeres son iguales a los hombres, quizá hasta mejores. Pero al ponerse en un escalón inferior, muestran debilidad y poca conciencia. Todos los actos de injusticia son repudiables. No nos olvidemos de lo esencial del hombre, el sentido social.

Edgar Hällen