A menudo suelo recordar, cosas con cuyos cómplises difícilmente recuerden lo ocurrido, ya sea por una larga pelea, una pequeña discusión, o simplemente un mal entendido. Suelo recordar y volver a exibir para mis ojos, todas aquellas imágenes, tan buenas y otras no tanto, pero al final, siempre termino de recordar lo precioso que fue esa amistad, y lo glorioso que sería volver a vivirla, pero tanta agua ha pasado bajo el puente, que con cada paso de los días se ve más y más difícil.
Mi último fuerte recuerdo fue el de santiago, tanta gente hermosa que encontré en ese lugar, que no la quiero dejar, y menos olvidar. Pero la herida es demaciado grande,no puedo si quiera pronunciar sus nombres con tal de sentir un profunda pena, una negrura que aborda la tierra y el cielo, llegando hasta el lúgubre sol en penumbra.
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