Tenemos ahora en la palestra el cuestionado, ovacionado, repudiado, y muchos -ados más, el homenaje al ex-general del ejército, ex-presidente de la junta de gobierno y ex-dictador Augusto Pinochet. Sus detractores, afirman que el homenaje es una falta de respeto no sólo a la memoria de las víctimas de los derechos humanos, como también a sus familias. En el fondo, debemos tener en cuenta que es un homenaje que no debe ser producido, por el simple hecho que fue él quien no sólo atento contra la democracia y la constitución, si no también al estado de derecho.
En muchos países de Europa, sobre todo en Alemania, está estrictamente prohibido cualquier alusión al régimen fascista de Adolfo Hitler, el holocausto. Esto se debe básicamente a que Alemania es lo suficientemente capaz de darse cuenta lo nocivo que fue el régimen nazi, y como todo buen gobierno de transición, en Alemania se desterraron los antivalores del nazismo por los valores propios de la democracia, fundados en la libertad y los derechos humanos, como lo son la unidad y la solidaridad.
Lamentablemente en Chile, eso no ocurrió, siendo así el peor error de a Concertación 'Democrática' con Patricio Aylwin a la cabeza, aunque bien sabemos, la Democracia Cristiana jamás ha sido un partido de izquierda anti-Pinochet.
Ahora, en Chile ya la cosa ha cambiado bastante, aunque este desagradable discusión hubiera parecido igual hace unos 10 años atrás, adelante, o como ahora por el estúpido error de los presidentes concertacionistas, ya que el pueblo en general, todos los actores sociales, independientemente el sector social, el pensamiento político (en algunos casos), y el rol social, han sido capaces de sacar su voz y salir a las calles a luchar por lo que ellos creen correcto, lo que yo llamaría 'post-democracia', en periodo donde la sociedad toma por fin conciencia de la responsabilidad y el poder que tiene en sus manos.
La democracia si bien se define como la 'doctrina política favorable a la intervención del pueblo en el gobierno', sigue siendo exactamente el mismo concepto que tenían en Grecia, donde sólo unos pocos deciden por todos. Y he ahí este nuevo concepto. Ahora es real 'democracia', ahí tenemos la Post-Democracia, la libertad que cada uno como ciudadano tenemos para elegir, alegar y direccionar el estado. Un real estado de derecho.
Edgar Hällen.
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