Miles han caídos en batallas, derramando su sangre, bañando de coraje a quienes tiene a sus espaldas. La sociedad los transforma en mártires, y son ellos, quienes ponen en alto la bandera de batalla.
Es imposible decir, que no debemos estar en el meollo de la situación, ya que no sólo son los estudiantes quienes merecen un mejor lugar para vivir, sino que muchos de nosotros seremos profesores, arquitectos, químicos, ingenieros, y seguramente lo más importante, seremos padres y es importante darles a ellos un mejor lugar para vivir.
Que no se callen los miedosos, que no se cansen los luchadores, pero lo más importante, que no se silencie nuestro llamado.
Edgar Hällen.
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
ResponderEliminar